
De un hombre de provecho
Un hombre de bien.
El espejo se opaca
Por un suspiro que nace
Del fondo de mi ser.
Dos lagrimas recorren mi mejía
Agradeciéndole a dios por tanto y tanto
Amor de esta mujer que me permitió nacer.
Con su voz y su canto de amor, en sus brazos me cobijaba
No le importaba las horas, los días, ni siquiera comer
Cuando enfermo yo estaba.
Con desvelos y sacrificios me vio crecer
Y hoy le agradezco a esta mujer por ser
Mi madre, mi maestra en la vida.
De ella aprendí la fortaleza, el amor, la fe y la esperanza
Los principios y valores, el sentido de la vida
El amor a dios.
Hoy me miro al espejo
Y veo la obra de mi madre
Mi maestra.
1 comentario:
muy buena poesia
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